Un dato que podría confirmar que la relocalización de las cadenas de producción -fenómeno conocido como nearshoring, que se consagró tras la pandemia y la crisis logística internacional derivada de la misma- puede encontrarse en la evolución de la inversión extranjera directa (IED).
A propósito, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicó un informe al respecto donde destaca que la inversión extranjera directa en la región aumentó un 55,2% en 2022, alcanzando los 224.579 millones de dólares, y conformándose en el mayor valor del que se tiene registro.
“La creciente tensión geopolítica y las recientes crisis han aumentado el escepticismo hacia el multilateralismo e incrementado las políticas enfocadas hacia el fomento del mercado interno, principalmente en las economías avanzadas. Eventos como el Brexit, las tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China y el conflicto en Ucrania podrían conducir a una fragmentación geoeconómica, lo que podría afectar los flujos de IED”, señala Cepal, tras agregar que “en este contexto, las empresas están adoptando nuevas estrategias para gestionar sus cadenas de suministro globales. Entre estas estrategias se encuentra la transferencia de la cadena de suministro global a países geográficamente cercanos al país de origen (nearshoring) y el traslado de la cadena de suministro de un país de vuelta al país de origen (reshoring)”.
Brasil y la Argentina
De acuerdo con el reporte, el resultado se explica principalmente por el desempeño de algunos países, entre ellos, Brasil, así como también la reinversión de las utilidades logradas por inversiones extranjeras previas y por el aumento de inyecciones de capital en el sector de los servicios.
Brasil, que lidera las inversiones en los últimos 10 años, recibió un total de US$ 91.500 millones. En tanto, la Argentina recibió la mayor cifra de la úlitma década: US$ 15.400 millones. Respecto del año anterior, aumentó los flujos un 123%.
En el país se destacaron las inversiones por 1100 millones de dólares que la empresa norteamericana SoFI Technologies hizo en Technisys (sector IT).
Pero es sin dudas las inversiones en minería y litio las que lideran el proceso: la china Ganfeng Lihium invirtió 962 millones en los activos de LitheA, en Salta. La empresa china es el mayor productor chino de derivados de litio y un proveedor clave de Tesla.
Luego, la australiana Río Tinto invirtió también en Salta unos 825 millones en el proyecto de litio “Rincon”; la norteamericana Livent anunción inversiones por 510 millones para expandir su operación en litio; la canadiense Lundin Mining depositó 497 millones en los activos Josemaría Resources y otra empresa china, Zijing Mining, invertirá en el mismo rubro 380 millones.
Desafío
El secretario ejecutivo de Cepal, José Manuel Salazar- Xirinachs, destacó que “el reto de atraer y retener inversión extranjera directa que contribuya efectivamente al desarrollo productivo sostenible e inclusivo de la región sigue más vigente que nunca”, y agregó que “hay nuevas oportunidades en una era de reconfiguración de cadenas globales de valor y de relocalización geográfica de la producción ante una globalización cambiante”.
Otro dato relevante es que los flujos de dinero para la producción no se comportaron de la misma manera en todo el mundo. De hecho, mientras crecieron en América Latina, cayeron en los Estados Unidos y en algunos países de la Unión Europea.
De acuerdo con el informe, casi todos los países de América Latina y el Caribe recibieron más inversión extranjera directa en 2022.
La lista la lidera Brasil, que recibió un 41% del total regional y que figura como quinto destino de la IED mundial, seguido de México (17%), Chile (9%), Colombia (8%), Argentina (7%) y Perú (5%).
El sector que pica en punta en cuanto a recepción de inversiones extranjeras es el de los servicios, con un 54% del total. Entre ellos se encuentran los sectores de servicios financieros; electricidad, gas y agua; información y comunicaciones, y servicios relacionados con el transporte.
Actores
Estados Unidos lideró el proceso de inversión en la región (38% del total) seguido por la Unión Europea (17%). Pero otro dato interesante es el crecimiento registrado por los propios países latinoamericanos en naciones vecinas, con un salgo del 9% al 14% del total de la inversión extranjera directa.
El informe toma en cuenta los anuncios de inversión proyectados, y los mismos crecieron un 92% en 2022, hasta los 100.000 millones de dólares.
“Por primera vez desde 2010 -destaca el trabajo-, el sector de hidrocarburos (carbón, petróleo y gas) lideró los anuncios, con 24% del total, seguido por el sector automotriz (13%) y las energías renovables (11%)”.
Pero sin duda uno de los actores excluyentes de la inversión extranjera se relación con las energías en el marco de la transición energética y el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidos.
“La transición energética es identificada por la CEPAL como uno de los sectores impulsores del crecimiento económico, que puede convertirse en gran motor de la transformación productiva de la región, por lo que los países y sus territorios deberían priorizarlo en el marco de sus políticas y agendas de desarrollo productivo”, explica el trabajo.
De hecho, señalan que el porcentaje de la capacidad instalada de energía renovable en la región “es superior al promedio mundial, y la matriz de generación eléctrica es una de las más limpias del mundo”.
“Si incrementa su oferta de energía renovable, la región podría convertirse en origen de la producción de bienes que hoy en día se producen en países con matrices relativamente menos limpias. La IED puede desempeñar un papel fundamental a la hora de acelerar la transición energética, facilitar la transferencia tecnológica y posibilitar las tecnologías emergentes”, aclara Cepal.
Fuente TradeNews